A lo largo de los años he oído frecuentemente la siguiente pregunta: ¿Por que alguien querría dedicarse a las matemáticas? He notado un complejo reflejado en algunas personas que no logran comprender realmente sus tareas escolares o aprobar sus exámenes y es que algunas personas creen que las fórmulas, conjeturas y deducciones fueron creadas por individuos talentosos a quienes solo se puede soñar con alcanzar y sin importar cuánto nos esforcemos nunca llegaremos a igualar su genialidad.Y es que por múltiples razones a muchos les ha parecido bastante agotador y tedioso sobrellevar las matemáticas en la escuela. Quizá uno de los motivos es que realmente no le encontramos el sentido a lo que estamos haciendo y simplemente buscamos hallar un resultado sin importar la forma o el medio con tal de cumplir con alguna tarea para que termine cuanto antes. No logramos esa conexión "mágica" con la naturaleza de las fórmulas, tal vez porque a muchos de nosotros nos enseñaron las matemáticas como una serie estricta de fórmulas, reglas y pasos para resolver un determinado ejercicio, algo similar a lo que hace un algoritmo en una computadora; el problema está en que no somos computadoras pero, a diferencia de ellas, tenemos imaginación y las matemáticas en realidad son mas que solo cálculos, son el arte de poder imaginar y poder decir con certeza de dónde salió algo. Al memorizar algo puedes simplemente saberlo, pero al lograr entenderlo además de saberlo puedes explicar, comprender, crear y cuestionar.
Pero ¿por qué deberíamos cuestionar esta idea? precisamente porque no nos hace bien vivir con la idea de que "saber matemáticas" significa haber memorizado todas las fórmulas, reglas y pasos necesarios para todos los casos. Algo similar sucede en la enseñanza ordinaria de física, química, entre otras ciencias; en donde aparentemente el pensamiento crítico ha sido relegado, es decir, a lo largo de nuestra vida diversos factores hacen que algunos de nosotros nos generemos la idea de que todas las fórmulas y leyes ya han sido escritas y a nosotros solo nos queda aprenderlas y aplicarlas para cumplir un rol o hacer algo útil en la sociedad, y que la mayoría de cosas importantes ya tienen una respuesta. En realidad no todas las preguntas tienen una respuesta, no porque realmente no las tengan, sino porque —solo conocemos una gota, lo que ignoramos es el océano— como enunció sir Isaac Newton, es decir, podrían no tener una respuesta en este momento, pero es el papel del hombre de ciencia responderlas algún día. ¿Y por qué querríamos conocer algo que no nos es útil de forma práctica? Aunque hay quienes tienen un deleite por el conocimiento de forma altruista, con el trascurrir de las décadas será fundamental tener este tipo de conocimientos, aunque ahora no parezca práctico o necesario saber por ejemplo sobre ondas gravitacionales o de que están hechos los planetas, en algún momento de la historia será necesario haber tenido previamente esas respuestas. Nada más echemos un vistazo hace poco más de 100 años, si no se hubiera desarrollado la física cuántica (1900) no se hubiera desarrollado la electrónica y como consecuencia no tendríamos los artefactos que tan frecuentemente usamos el día de hoy.
No tenemos un conocimiento exacto y completo acerca de las cosas, sino uno parcial que se va construyendo y perfeccionando a través del tiempo y el espacio por personas como tú o como yo, a veces sin algo en especial, pero casi siempre con la particularidad de cuestionar y no aceptar algo o darlo por supuesto sin tener una justificación o fundamento que sea comprensible y razonable.
No hay porqué sentirse mal al no saber algún concepto o término, ya que, lo que verdaderamente importa es entenderlo. En cierto modo es favorable sentir el malestar de no entender algo, ya que es un signo ser consciente de aquello y teniendo esa conciencia se puede llegar a tener voluntad de buscar respuestas válidas y entender lo que en el principio no se entendía. Pero muchas veces esta búsqueda no se da, por la creencia de que el hecho de no saber algo está mal y que la causa es por que somos carentes de algún factor del que solo gozan algunos.
En realidad la ciencia fundamental se construye por personas como las mencionadas (las "que no entienden ciertas cosas"), porque a diferencia de las que solo acatan reglas y fórmulas sin buscarle un sentido o explicación, estas tienen un apetito de búsqueda de respuestas al no entender algo, el cual no sacia hasta encontrarla o al menos intentarlo.
Lo bello de ciertas ramas de la ciencia como la física, matemáticas, astronomía, química, etc. es que no importa no saber alguna fórmula o teorema, por que casi todo puede volver a ser deducido solamente con conceptos básicos. Después de todo siempre deberá generar el mismo resultado, por que no inventamos nada, solo buscamos patrones en la naturaleza; somos meros observadores midiendo la naturaleza, le clavamos una estaca de donde guiarnos y nos sentamos como niños a observarla. Lo que son las fórmulas en realidad son el intento para describir eso que estuvo frente a nosotros todo este tiempo y no al revés, ni mucho menos un montón de garabatos que están allí para incomodar. No inventamos leyes, las describimos e intentamos escribirlas en un lenguaje que podamos entender, las matemáticas son la forma de poder reducir todo lo existente a nuestro entendimiento.
Es por eso que cualquier teoría que no se ajuste a los fenómenos observados deberá ser descartada (o tomada provisionalmente) ya que no explica todos los fenómenos similares, sino solo casos particulares del fenómeno, pero el trabajo científico es asegurar que posteriormente llegará una nueva teoría que puede reemplazar aquella, pudiendo explicar un mayor número de fenómenos. Aunque no sepamos con certeza cómo o cuando los conceptos que se han escrito en los libros serán corregidos y cambiados, o cuándo será el próximo gran descubrimiento, formar parte de aquello es una de las cosas más apasionantes.
Los que pueden gritarle al universo —¡Yo no quiero saber, quiero entender!—, son los únicos con la capacidad de tal vez poder llegar entenderlo totalmente algún día.
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